jueves, 16 de junio de 2011

UN VECINO DE MATAMÁ EN LAZA HA CONSEGUIDO LLEGAR A LOS 100 AÑOS CON GRAN VITALIDAD




Un vecino de Matamá, en Laza, acaba de cumplir 100 años y para celebrarlo su familia, vecinos y amigos han compartido con él una comida que no olvidará. José Diéguez Boo es un apasionado de la lectura y le encanta escribir como lo demuestran, entre otros trabajos, sus memorias en las que ha plasmado parte de su historia para que sus nietos y nuevas generaciones conozcan directamente su vida y la de su familia.
Camina sin bastón, vive sólo en Matamá porque no quiere abandonar su casa. Tiene 3 hijos, nietos y un biznieto. Este invierno su salud le dio un susto del que ya está recuperado. Desde entonces una hija cada día, tras su jornada laboral, acude a Matamá para estar con él y permitirle que continúe en su pueblo y en su casa, como es su deseo.
Para llegar a 100 años y en estas condiciones José Diéguez asegura que no hay secretos aunque sí algunas pautas que siempre ha seguido. Los excesos no van con él y coincide con el filósofo Sócrates en que hay que comer para vivir y no vivir para comer.

Come poco, no bebe alcohol ni siquiera un vaso de vino, se levanta sobre las 10 de la mañana y tras desayunar cuida de sus animales: tiene gatos, perros, gallinas y va cada día hasta la huerta que en estos momentos está esplendorosa. Después de la comida, pasadas las dos de la tarde, no duerme la siesta, escucha las noticias para saber cómo anda el mundo y ahora está enganchado a la novela Amar en Tiempos Revueltos. También lee el periódico o algún libro ya que tiene una gran biblioteca que ha leído en su totalidad. Reconoce que le regalan libros porque saben que siempre aciertan con el regalo. Se sienta en la sala, al lado de una gran cristalera desde dónde ve pasar a los vecinos y a todos los coches que circulan por la carretera autonómica OU 311 que pasa por delante de su casa. 81
José Diéguez fue nombrado alcalde de Laza en la dictadura, después de jubilarse como Teniente de la Guardia Civil, pero antes su vida fue intensa.
No pudo ver cumplida su ilusión de ser maestro. Era su gran sueño pero la derogación de una ley le impidió dar el salto porque le faltaba el bachiller. Intentó librarse del servicio militar porque era hijo de viuda ya que su padre había emigrado a Brasil donde obtuvo un buen puesto de trabajo pero en un accidente perdió la vida. Trabajó en el campo con su madre y su abuelo, cuidó del ganado y cuando ya pensaba que podía librarse del ejército llegó la Guerra Civil de 1936, así que tuvo que acudir a la llamada.
Se inscribió como voluntario en un curso de transmisiones en una Escuela de Artillería de Palencia y acabó años después metido de lleno en la Guardia Civil. Pasó por varias ciudades españolas y regresó a su Matamá natal jubilado en 1962, como Teniente. Diez años después el gobernador civil le nombró alcalde de Laza, cargo que ejerció durante varios años.
Siendo ya nonagenario comenzó a escribir sus memorias, tarea que concluyó hace 4 años para dejar un recuerdo a los suyos sobre buena parte de la historia de su familia.
Sigue con su afición a escribir y tiene sobre la mesa folios en los que recoge sus impresiones sobre la vejez y la última etapa de la vida. , asegura al tiempo que añade .

Felicidades....


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